domingo, 24 de junio de 2012

Capítulo 5


[Continúa de la opción A del capítulo 4]

-          Vamos muchacho, no veo que te muevas – dijo el anciano con impaciencia –. Y quizá calzarse sería una buena idea también, bastante trabajo me darán ya las heridas que tienes como para añadir algunas nuevas en los pies que te impidan seguirme el ritmo.

Aún confuso por la repentina aparición del hombre, Shane no pudo más que hacerle caso y calzarse antes de seguir sus pasos por entre los arbustos.


Estuvieron caminando durante mucho tiempo, o por lo menos eso es lo que le pareció a Shane que estaba más cansado a cada paso que daba. Al principio, el hombre misterioso solo le señalaba algunas bayas para que las recogiera mientras se las nombraba y le describía su sabor, y solo cambiaba de tema para quejarse de lo lento que caminaba y de lo mal aprovechada que estaba su juventud. Pero cuando llevaban poco más de veinte minutos andando, el hombre se paró en seco y se giró hacia él con expresión seria.
-          Ahora en serio muchacho, no deberías fiarte mucho de la gente de las cabañas. Ya me parece extraño que hayas podido salir de la zona sin una flecha en algún punto vital.
-          ¿Y por qué iba alguien a dispararme? ¿No se supone que la gente que vive en el campo es tranquila y agradable?
-          ¿Es que no sabes dónde estás? –preguntó el hombre señalando el paisaje con un movimiento del brazo – ¿O acaso crees que nadie sabe identificar ese colgante tuyo tan discreto?

Shane miró al hombre sin comprender. La verdad es que no se había parado a pensar en que alguien pudiera reconocer el medallón de Sgiath, pero ahora que el anciano se lo había dicho, se daba cuenta de que no tenía sentido pensar en que nadie habría visto ninguno nunca. En realidad, el medallón era lo que identificaba a un guardián de Concordia, era la insignia de la organización. Una persona o dragón sin ese sello identificativo podía ser un estafador, o un hijo de Syl, y mucha gente se aseguraba de que no fuera así cuando alguien obraba en nombre de Concordia.
Lo que seguía sin comprender era que le hubiera preguntado si no sabía dónde estaba. Claro que lo sabía. La ciudad era Pacet; conocida por su amplia variedad de productos fabricados con la variada vegetación de la zona: desde medicinas y venenos, hasta bebidas alcohólicas, pasando por los productos artesanales y los riquísimos platos llenos de frutas y verduras. Se suponía que la gente que vivía o visitaba a menudo las cabañas del sur de la ciudad, eran los que se encargaban de cultivar y colectar todas las plantas que daban la fama a la ciudad.

-          Por tu mirada ya deduzco que no entiendes nada – el hombre dio un suspiro y continuó –. Esto es territorio de cazadores. Cazadores de dragones.
A Shane se le abrieron mucho los ojos al oir la noticia. Una aldea de cazadores. Como los que atacaron a Sagal. Una aldea de asesinos.
-          Ahh – dijo el hombre al ver el cambio de expresión en la cara del chico – veo que ahora empiezas a comprender. Pero no es solo eso, ya no son solo esos cazarrecompensas que solo quieren el dinero que dan los dragones en el mercado negro, no...  - dijo señalando en dirección a las cabañas -, son gente que caza los dragones por odio. Gente que ha sufrido primero por los hijos de Syl, y ahora por los secuaces de Salce. Gente que dispararía a cualquiera que llevara la sangre de un dragón sin molestarse en averiguar siquiera cuáles son sus intenciones.

Un escalofrío recorrió la espalda de Shane de arriba abajo y lo dejó paralizado. Ahora que lo sabía, él también se preguntaba cómo podía ser que aún estuviera vivo. Había tenido muchísima suerte de que nadie lo hubiera visto o se hubiera cruzado con él. Que un guardián se paseara descaradamente por una aldea de cazadores en los tiempos que corrían, era una provocación en toda regla. Un desafío Un suicidio.
Le pareció de lo más extraño que la organización no contara con información de este núcleo de cazadores, y más estando tan cerca de la base. Pero ahora que lo pensaba…
-      Un momento – dijo Shane interrumpiendo su hilo de pensamientos –, entonces… ¿Tú también eres un cazador?
-       Muchacho, no se cómo conseguiste entrar en la dichosa organización… Desde luego no sería por tu inteligencia… - respondió el hombre con una expresión ceñuda mientras le daba golpecitos en la sien a Shane con su bastón – ¿No crees que he tenido tiempo más que de sobras para matarte si hubiera querido? Piénsalo.
-          Pero…
-      Mira chico, si quieres creerme, me crees, me ayudas a coger las dichosas bayas antes de que nos encuentre uno de esos malditos cazadores tarados, yo te curo y te doy un par de consejos, luego sigues con tu camino y todos felices. Si no me crees, aún estas a tiempo de irte a dejar ciego a alguien con el condenado colgante que tanto te gusta enseñar. Tú mismo.

Shane miró una vez más al hombre, que lo miraba con cierto enfado a través del pelo blanco que tenía enredado delante de aquellos ojos de un azul imposible. Se le amontonaban las arrugas en la piel morena de la frente y de las comisuras de la boca en un gesto de desagrado por la desconfianza.
Ese hombre le había ayudado, sí, pero no sabía nada de él y si era un cazador o un secuaz de Salce, estaría perdido.


___

Opciones:

A)     Confiar en él y seguir adelante.
B)      Desconfiar y atacarle.



He tenido muchos problemas con este capítulo a la hora de darle formato al texto, perdonad si hay algún fallo de estructura, intentaré arreglarlo.

5 comentarios:

  1. Ya te he dicho por privado que me encanta el anciano, así que está claro la que voy a escoger ¿no? ¡¡¡La A a muerte!!! xD
    Quiero más, más :D


    (L)

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  2. La verdad es que el anciano, además de curarle, puede proporcionarle información que se ve que desconoce, así que la A...

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  3. Yo también escojo la A, ya ha pasado un rato con él, porque va a desconfiar ahora...

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  4. ¡Hola! Reconozco que he estado un tiempo sin pasarme por el blog. Pero ahora que he leído todos los capítulos seguidos, quería comentarte que me gusta mucho y me tiene intrigado. Enhorabuena por el trabajo que estás haciendo, creo que escribes muy bien.
    Y, bueno, por último, sólo me queda votar una opción... Me decanto por la A, como todo el mundo, supongo. A pesar de ser algo malhumorado, el anciano no deja de tener esa pinta de hechicero sabio y gentil, como Merlín o Gandalf.. Y se le coge cariño. Así que, como no creo que sea bonito atacarle, voto por la opción A.

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  5. No se por qué me da la impresión de que si ataca al viejete, éste le dará un bastonazo a Shane xD

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