domingo, 27 de mayo de 2012

Capítulo 2

 [Continua con la opción A de Capítulo 1]

Apoyó sus cuatro pesadas patas en el suelo y se detuvo a una distancia prudencial.
- Está bien, habla – dijo con un deje de resignación.
- Sabes de sobras a qué vengo Igres… Shane. No puedes dejar concordia, estabas en la cumbre, sabes que te necesitamos.
- No, Nera. Sagal sí que me necesitaba, Salce no. Concordia es una organización que nació para proteger al hombre de los dragones hijos de Syl, y ahora se está convirtiendo en eso que intentamos eliminar.
- Eso no es así, es solo que Salce tiene una manera diferente de trabajar y…
- No te equivoques, Nera, no es una manera diferente de trabajar, es moverse por unos valores completamente diferentes. En la última misión se enviaron diez guardianes a Tardem. Diez dragones que dejaron una iglesia en llamas y media ciudad derruida, con la excusa de que el sacerdote estaba criando un niño Sylano a escondidas. Niño al que, por cierto, nadie ha visto, y del que nadie sabe nada. Y cuando vuelve el equipo, traen diez sacos llenos de oro y riquezas que tampoco sabemos de dónde han salido – había ido avanzando pasos conforme hablaba y al darse cuenta se detuvo -. Jamás hemos traído más compensación que la que ponía en los contratos de las misiones, y mucho menos dejado ciudades en ruinas.
- Pero Shane, tu no lo entiendes…
- No, no lo entiendo. Eso es lo que pasa, que no entiendo qué está pasando. Y no me voy a quedar en un lugar que actúa en contra de mis principios.
Nera comenzó a recorrer el camino que los separaba. Shane sabía que nada bueno iba a salir de aquello, pero había decidido escucharla así que se quedó quieto una vez más y esperó. Nera llegó hasta él y posó una mano en la ruda cabeza de dragón de Shane, acariciando las gruesas escamas.
Resignado, suspiró y cerró los ojos.
- No vas a conseguir nada con esto…
- Hazlo por mí – susurró ella apoyando frente en la de él.
- Nera, tu eres una de las razones por las que me voy… - respondió él rompiendo el contacto y alejándose un poco de ella.
Levantó su cuello para destacar su altura y retrocedió un par de pasos más. Un rugido suave pero grave, salió de su garganta en una muestra de determinación. Fue entonces cuando la situación cambió por completo.
Nera retrocedió tres rápidos pasos y su cara se transformó. Puso una mano alrededor de su medallón, empezó a murmurar conjuros y de su mano libre empezaron a salir bolas de luz roja que impactaron contra una de las patas de Shane.
- ¿¡Se puede saber qué demonios te ha picado ahora!? – gritó él desconcertado mientras esquivaba los ataques como podía.
- Si no te quedas conmigo… no vas a ninguna parte.
- ¿¡Estás loca!? Eso no es la mejor forma para convencerme de… ¡Para! – dijo evitando un ataque más que fue a parar a su pierna herida.
- ¡Quédate!
- ¡No! ¡Esto es a lo que me refiero cuando digo que tú eres una de las razones por las que me iba! ¡Estás loca!
- Entonces no saldrás de aquí con vida… - respondió ella en apenas un susurro, y empezó a murmurar un nuevo conjuro.
Shane avanzó los pasos que los separaban y la empujó con su pata dejándola aprisionada contra en suelo bajo su garra. 
- Escúchame bien, Nera, porque no te voy a repetir esto: No quiero seguir con esta vida, no quiero volver a verte a ti ni a nada que tenga que ver contigo y tampoco voy a volver a Concordia mientras Salce o alguien como él esté al mando. No quiero que me sigas, ni que mandes a nadie a hacerlo, ni quiero que me intentes convencer de lo contrario por las buenas o por las malas. No quiero nada de todo esto – dijo haciendo un movimiento con su otra pata delantera que abarcaba toda la ciudad de concordia.
Entonces levantó el vuelo sujetando a la chica con una pata y voló con ella hasta el edificio más alto de la ciudad. La dejó en el en el tejado y se dirigió de regreso al callejón donde había dejado su bolsa. En mitad del vuelo, una bola de fuego azul atravesó la membrana de su ala.
- ¡No puedes irte Igres! – gritó Nera desde el tejado.
Con un giro brusco, Shane voló de nuevo hacia el tejado y sin siquiera aterrizar le arrancó de un zarpazo el medallón a Nera lanzándolo bien lejos y dejándole un corte sangrante a la altura de las clavículas.
- No serás tú quien me lo impida – dijo con un rugido ensordecedor a la vez que aterrizaba avanzando amenazador hacia ella.
- ¿Vas a dejarme aquí? No puedo hacer nada sin mi medallón ¿Te vas sin más?
- No tientes más a tu suerte, puedes dar gracias de que te deje con vida… Te encontraran tarde o temprano, y cuando lo hagan, yo ya estaré lejos – y sin decir una palabra más, dio la vuelta y salió volando.

Tras una hora de vuelo empezaba a estar demasiado débil para mantenerse en el aire. La pata delantera derecha le sangraba por las diversas heridas, y su ala perforada corría el peligro de rasgarse más si la seguía forzando de aquella manera.
Miró hacia abajo y vió un claro en el que podía aterrizar cerca de un riachuelo. Hacia el norte del claro había una pequeña ciudad y hacia el este algunas cabañas de campesinos.
Bajó hasta el claro y aterrizó como pudo intentando no apoyar la pata herida.


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Opciones

A) Dirigirse hacia el rio y las cabañas
B) Dirigirse a la ciudad

6 comentarios:

  1. Bueno, está claro que no quiere que lo reconozcan, asi que yo evitaría la ciudad... Por tanto, vuelvo a elegir la A

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  2. Yo también escogería la A, porque es la manera más fácil de pasar por desapercibido.

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  3. Yo la B, que seguro que hay más acción xD.
    La chica loca, loca...

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  4. Yo tambien escojo la opcion A por que es mas facil pasar desapercivido en el poblado al lado del riachuelo y amas si tamb esta herido , le ira mejor para ocultarse xdxd

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  5. yo escojo la A el motivo no es el de los demás, pienso que en poblado se ocuparan de él mejor, muy poca gente y mejores cuidados, en la ciudad no se nos ve.

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  6. Me encanta cómo transcurre la historia. Enganchada desde la primera línea.

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